jueves, 18 de octubre de 2012

Nuevas críticas de Marcos a López Obrador en medio del resurgir lopezobradrista.

La reciente crítica realizada por el Subcomandante Marcos, principal referente del EZLN, a Andrés Manuel López Obrador, ha reafirmado en mí, una vez más, la certeza que tengo de que los utopistas suelen ser los principales enemigos de toda utopía. Al aferrarse a la pureza de sus principios, y defenderlos con intransigencia, el utopista consciente o inconscientemente obstaculiza la realización incluso de las realidades más próximas a sus ideas.

Y sí, sin duda el  revolucionario anarquista Bakunin tenía mucha razón cuando afirmaba que: "Es soñando con lo imposible que el hombre ha realizado siempre lo posible. Los que se han conformado con lo que les parecía posible no han avanzado nunca de un solo paso”. Claro, ciertamente tampoco se trata de quedarnos atrapados en un “realismo” obtuso, reflexionando sólo sobre la búsqueda de un México con elecciones limpias o con pleno empleo. No, pensar así sería bastante limitado, se trata de llevar la reflexión más allá, llevar los sueños mucho más lejos que eso (como por ejemplo soñar con una República Amorosa), para ir en la medida de esa búsqueda de lo imposible, conquistando lo posible.

La izquierda no electoral razona justamente a la inversa, así vemos, por ejemplo, como en 2005-2006 la Otra Campaña (OC) descalificó por igual a todas las opciones electorales porque todas “eran lo mismo” en tanto que ninguna se ajustaba a su “programa máximo” de lucha contra el capitalismo. Se aplicó la lógica del “todo o nada”, la utopía a través de la utopía misma, sin concesiones de ningún tipo.

Y eso, como vimos en 2006, sólo le jugó en su favor a la corriente más lejana de la utopía anticapitalista que pregonaba la OC, y así, en lugar de una opción reformista, que bastante lejos de ser perfecta sí hubiese al menos ayudado a atenuar un poco el hambre, la indigencia, el desempleo y la violencia generalizada, hoy vivimos en la realidad impuesta por la derecha neoliberal, una realidad tan triste que ya todos conocemos y está demás describir. A esto nos llevó la lógica de “todos son iguales”, “todos representan lo mismo”.

Estuve prácticamente una década dentro de la izquierda radical, entiendo perfectamente la gran mayoría de las críticas que hace esa izquierda a la izquierda electoral porque yo mismo las expresé y defendí apasionadamente mil veces, pero terminé entendiendo que por más buena voluntad que exista, la posición purista del “todo o nada” termina casi siempre ayudándole más a la “nada” que al “todo”. 2006 es un gran ejemplo de ello, que invito a analizar a quien piense lo contrario.

Por tanto, y ante la verdaderamente desesperada situación que viven millones de personas en este país, me parece muy grave que Marcos vuelva a cargar sus baterías contra AMLO justo en este momento. Me parece irresponsable que nuevamente, en una lectura política que además de todo me parece incorrecta, aparezca a vender una vez más la noción de que “los tres bribones” que serán candidatos son lo mismo, como si para miles y miles de jóvenes rechazados de las universidades cada semestre, o para millones de desempleados que no encuentran cómo obtener un ingreso para alimentar a sus familias representara exactamente lo mismo el Proyecto social-demócrata que defiende López Obrador o los intereses neoliberales y hambreadores que defienden Peña Nieto o Josefina Vázquez Mota.

Y que quede claro que esta crítica la hago partiendo de la idea de que en efecto Marcos es el líder de un movimiento absolutamente legítimo, pues sin prueba alguna sería irresponsable afirmar que es un “agente de Salinas”, aunque se esfuerce bastante en alimentar esta sospecha entre muchos.

Y aunque yo creo que en el fondo el problema de Marcos es más bien de una envidia terrible hacia Andrés Manuel (como la que también invade a Cárdenas), si aceptamos objetivamente las críticas legítimas que pueda tener la izquierda no electoral contra la electoral, también Marcos tendrá que aceptar las legítimas sospechas que ha creado en muchos gracias a su accionar, en el que ha salió a tirársele al cuello al representante de la izquierda justamente cuando más arriba iba en las encuestas, y nuevamente ahora, cuando el lopezobradorismo parece renacer con una gran fuerza que empieza a poner nervioso al peñanietismo salinista. 

Alfredo Rdz.

Publicado originalmente el 10 de diciembre de 2011.

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